El 6 de Diciembre, 2020 - La Promesa - Consuelen, Consuelen
Muchas gracias por considerar nuestro servicio Iglesia en Casa.
Directamente abajo en español y aquí en inglés hay un servicio de adoración para usar en casa para leer como una familia, un individuo, o un grupo pequeño. Se incluyen enlaces a canciones y mensajes pastorales (inglés, español, bilingüe y para niños) que estarán disponibles cada sábado en Youtube. El jefe de familia puede liderar (L) y otros pueden responder (C) o todos pueden turnarse para leer las lecturas. Use los enlaces para las canciones y mensajes en el momento apropiado. No se sienta presionado para pasar por todo el asunto de una sola vez. Más bien, use cada elemento de este servicio para que sirva como una bendición para usted y su familia.
Si tiene una petición o si adora de esta manera este fin de semana, le pedimos que use o complete nuestra tarjeta de contacto en linea, o en el enlace a continuación en el servicio. ¡Comente para hacernos saber cómo fue y cualquier sugerencia que pueda tener!
Si le gustaría recibir este servicio de Iglesia en Casa cada semana por correo, puedes suscribir usando la forma más abajo, después del servicio.
Finalmente, puede ver a nuestro boletín de anuncios o más información de nuestra iglesia aquí.
¡Que Dios bendiga su servicio de Iglesia en Casa esta semana!
Pastor William Dunn
La temporada del Adviento es un tiempo de promesas. En nuestras familias, hacemos promesas sobre las vacaciones familiares durante las vacaciones de Navidad o promesas sobre artículos en la lista de regalos de Navidad. Lamentablemente, las promesas a menudo se rompen. El juguete está agotado o es demasiado caro. El viaje familiar no puede suceder por las enfermedades. La promesa de una "buena Navidad" no siempre parece cumplirse. Afortunadamente, cuando Dios hace una promesa, él cumple sus promesas y sus promesas no defraudan. En nuestra serie de adoración para el Adviento, seremos alentados por 3 promesas del libro de Isaías y la mayor promesa del Evangelio de Lucas.
Hoy vemos cómo Dios Padre prometió consolar y perdonar a sus hijos.
El Himno de Apertura - Venid Fieles Todos
La Invocación
L. En el nombre del Padre y del ☩ Hijo y del Espíritu Santo.
C. Amén.
La Confesión y Absolución
Comenzamos el servicio reconociendo cómo nos hemos pecado y están privados de la voluntad y el deseo de Dios para nuestras vidas, y recibimos las buenas nuevas de que somos perdonados en Jesucristo.
L. Acerquémonos a Dios con un corazón recto y confesemos nuestros pecados, pidiéndole en el nombre de Jesucristo para perdonarnos.
C. Dios de la vida, confieso que soy por naturaleza muerto en el pecado. Por preocupar sin fe y auto-orgullo, por los pecados de hábito y los pecados de voluntad, por lo malo que he hecho y lo bueno que he dejado de hacer, tú debes arrojarme de tu presencia por siempre. Oh Dios, lo siento por mis pecados. Perdóname, por los méritos de Jesucristo.
L. Cristo ha muerto. Cristo ha resucitado. Cristo vendrá de nuevo. Por su gran misericordia, Dios nos ha hecho vivos en Cristo aun cuando estábamos muertos en nuestros pecados. Oigan la palabra de Cristo tal como lo proclamó al paralítico: "Ten, ánimo, los pecados te son perdonados." Tomemos en serio este perdón y lo proclamémonos el uno al otro en el nombre del Padre, y del Hijo ☩ y del Espíritu Santo. Amén.
La Oración del Día
L. Mueve nuestros corazones, Señor, para preparar el camino de tu unigénito Hijo, a fin de que mediante su advenimiento seamos capacitados para servirte con mentes puras; por el mismo Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos.
C. Amén.
La Primera Lectura - Isaías 40:1-11
En esta lectura, Dios por medio de su profeta Isaías profetiza del Mesías y también del profeta que iba a preparar su camino. El mensaje de los dos consiste de ley y evangelio. “Toda la carne es hierba...la hierba se seca...mas la Palabra del Dios nuestro permanece para siempre.”
1 ¡Consuelen, consuelen a mi pueblo! —dice su Dios—. 2 Hablen con cariño a Jerusalén, y anúncienle que ya ha cumplido su tiempo de servicio, que ya ha pagado por su iniquidad, que ya ha recibido de la mano del SEÑOR el doble por todos sus pecados.
3 Una voz proclama: «Preparen en el desierto un camino para el SEÑOR; enderecen en la estepa un sendero para nuestro Dios. 4 Que se levanten todos los valles, y se allanen todos los montes y colinas; que el terreno escabroso se nivele y se alisen las quebradas. 5 Entonces se revelará la gloria del SEÑOR, y la verá toda la humanidad. El SEÑOR mismo lo ha dicho.»
6 Una voz dice: «Proclama.» «¿Y qué voy a proclamar?», respondo yo. «Que todo mortal es como la hierba, y toda su gloria como la flor del campo. 7 La hierba se seca y la flor se marchita, porque el aliento del SEÑOR sopla sobre ellas. Sin duda, el pueblo es hierba. 8 La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre.»
9 Sión, portadora de buenas noticias, ¡súbete a una alta montaña! Jerusalén, portadora de buenas noticias, ¡alza con fuerza tu voz! Álzala, no temas; di a las ciudades de Judá: «¡Aquí está su Dios!» 10 Miren, el SEÑOR omnipotente llega con poder, y con su brazo gobierna. Su galardón lo acompaña; su recompensa lo precede. 11 Como un pastor que cuida su rebaño, recoge los corderos en sus brazos; los lleva junto a su pecho, y guía con cuidado a las recién paridas.
La Segunda Lectura - 2 Pedro 3:8-14
San Pedro, inspirado por el Espíritu Santo, describe la paciencia de Dios, su deseo que todos los hombres se arrepientan, y la repentina segunda venida de Cristo. Nosotros esperamos su venida; esperamos los “cielos nuevos y tierra nueva” sin temor y llevando vidas agradecidas, porque sabemos que la salvación es nuestra en Cristo Jesús.
8 Pero no olviden, queridos hermanos, que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. 9 El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan.
10 Pero el día del Señor vendrá como un ladrón. En aquel día los cielos desaparecerán con un estruendo espantoso, los elementos serán destruidos por el fuego, y la tierra, con todo lo que hay en ella, será quemada. 11 Ya que todo será destruido de esa manera, ¿no deberían vivir ustedes como Dios manda, siguiendo una conducta intachable 12 y esperando ansiosamente la venida del día de Dios? Ese día los cielos serán destruidos por el fuego, y los elementos se derretirán con el calor de las llamas. 13 Pero, según su promesa, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en los que habite la justicia.
14 Por eso, queridos hermanos, mientras esperan estos acontecimientos, esfuércense para que Dios los halle sin mancha y sin defecto, y en paz con él.
El Evangelio - Marcos 1:1-8
Antes de que vino Jesucristo nuestro Salvador al mundo, Dios envió a Juan el Bautista para preparar los corazones de los hombres, cumpliendo con lo que había profetizado por medio del profeta Isaías. Su mensaje fue un mensaje de “arrepentimiento para perdón de los pecados.” Hoy en día, este mensaje que Juan proclamó en el desierto nos ayuda a preparar nuestros corazones para la segunda venida de Cristo.
1 Comienzo del evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios. 2 Sucedió como está escrito en el profeta Isaías: «Yo estoy por enviar a mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino.» 3 «Voz de uno que grita en el desierto: “Preparen el camino del Señor, háganle sendas derechas.” »
4 Así se presentó Juan, bautizando en el desierto y predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados.
5 Toda la gente de la región de Judea y de la ciudad de Jerusalén acudía a él. Cuando confesaban sus pecados, él los bautizaba en el río Jordán. 6 La ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello. Llevaba puesto un cinturón de cuero, y comía langostas y miel silvestre. 7 Predicaba de esta manera: «Después de mí viene uno más poderoso que yo; ni siquiera merezco agacharme para desatar la correa de sus sandalias. 8 Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo.»
El Mensaje para Niños
El Himno del Día - A Ti Loor y Gloria
Sermón Bilingüe -o- Sermón en Español
La Confesión de la Fe - El Credo Apostólico
Declaramos las verdades de la fe que han unido a la iglesia durante miles de años.
Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.
Y creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra del Espíritu Santo, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, murió, y fue sepultado; descendió al infierno; al tercer día resucitó de entre los muertos, subió al cielo, y está sentado a la derecha, de Dios Padre Todopoderoso; y de allí vendrá de nuevo a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa iglesia cristiana, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección del cuerpo, y la vida eterna. Amén.
La Ofrenda - Facebook o PayPal
En agradecimiento por el mensaje de gracia y perdón de Dios, si desea apoyar nuestro ministerio con un regalo financiero, puede hacerlo sin cargo a través de nuestra página de Facebook o con un cargo pequeño a través de PayPal. Le agradecemos por su donación.
Tarjeta de Contacto en linea
¡Por favor, utilice este enlace para conectarse con nosotros en línea! Háganos saber que adoraste con nosotros o danos una petición de oración.
Oración General
Use este tiempo para orar a Dios por cualquier cosa que esté en su corazón y mente. Recuerde quién es Dios y cómo se describe a sí mismo en la Biblia. Concéntrese en su perspectiva eterna. Considere no solo su propia vida, sino también la vida de los demás. Finalmente, ore con confianza sabiendo que Dios lo escucha y ore en el nombre de su salvador, Jesucristo.
El Padrenuestro
Canta usando el enlace o reza la oración abajo que Jesús enseñó a sus discípulos.
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; venga a nos tu reino; hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy; y perdónanos nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el poder, y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.
La Bendición
Así como Dios le dijo a Aarón que bendijera a su pueblo de esta manera, le pedimos a Dios que nos bendiga a mientras seguimos con nuestras vidas.
L. El Señor nos bendiga y nos guarde;
El Señor haga resplandecer su rostro sobre nosotros y tenga misericordia de nosotros;
El Señor vuelva su rostro hacia nosotros, y ☩ nos conceda la paz.
C. Amén.