30 de mayo, 2021 - Domingo de la Trinidad
Muchas gracias por probar nuestro servicio Iglesia en Casa.
Directamente abajo en español y aquí en inglés hay un servicio de adoración para usar en casa para leer como una familia, un individuo, o un grupo pequeño. Se incluyen enlaces a canciones y mensajes pastorales (inglés, español, bilingüe y para niños) que estarán disponibles cada sábado en Youtube. El jefe de familia puede liderar (L) y otros pueden responder (C) o todos pueden turnarse para leer las lecturas. Use los enlaces para las canciones y mensajes en el momento apropiado. No se sienta presionado para pasar por todo el asunto de una sola vez. Más bien, use cada elemento de este servicio para que sirva como una bendición para usted y su familia.
Si tiene una petición o si adora de esta manera este fin de semana, le pedimos que use o complete nuestra tarjeta de contacto en linea, o en el enlace a continuación en el servicio. ¡Comente para hacernos saber cómo fue y cualquier sugerencia que pueda tener!
Si le gustaría recibir este servicio de Iglesia en Casa cada semana por correo, puedes suscribir usando la forma más abajo, después del servicio.
Finalmente, puede ver a nuestro boletín de anuncios o más información de nuestra iglesia aquí.
¡Que Dios bendiga su servicio de Iglesia en Casa esta semana!
Pastor William Dunn
La Biblia enseña claramente que hay un solo Dios, pero que este Dios es tres personas distintas: el Padre, el Hijo, y el Espíritu los cuales todos son Dios completamente. En el misterio de la Trinidad, Dios se revela como nuestro Creador, Redentor, y Santificador.
El Himno de Apertura - Habla Oh Dios
La Invocación
L. En el nombre del Padre y del ☩ Hijo y del Espíritu Santo.
C. Amén.
La Confesión y Absolución
Comenzamos el servicio reconociendo cómo nos hemos pecado y están privados de la voluntad y el deseo de Dios para nuestras vidas, y recibimos las buenas nuevas de que somos perdonados en Jesucristo.
L. Acerquémonos a Dios con un corazón recto y confesemos nuestros pecados, pidiéndole en el nombre de Jesucristo para perdonarnos.
C. Dios de la vida, confieso que soy por naturaleza muerto en el pecado. Por preocupar sin fe y auto-orgullo, por los pecados de hábito y los pecados de voluntad, por lo malo que he hecho y lo bueno que he dejado de hacer, tú debes arrojarme de tu presencia por siempre. Oh Dios, lo siento por mis pecados. Perdóname, por los méritos de Jesucristo.
L. Cristo ha muerto. Cristo ha resucitado. Cristo vendrá de nuevo. Por su gran misericordia, Dios nos ha hecho vivos en Cristo aun cuando estábamos muertos en nuestros pecados. Oigan la palabra de Cristo tal como lo proclamó al paralítico: "Ten, ánimo, los pecados te son perdonados." Tomemos en serio este perdón y lo proclamémonos el uno al otro en el nombre del Padre, y del Hijo ☩ y del Espíritu Santo. Amén.
La Oración del Día
L. Todopoderoso y eterno Dios, que has dado gracia a tus siervos para confesar la verdadera fe, ensalzar la gloria de la eterna Trinidad y en el poder de la majestad divina adorar a la Unidad: Te suplicamos que nos conserves en esta fe y nos defiendas siempre en toda adversidad; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos.
C. Amén.
La Primera Lectura - Isaías 6:1-8
El profeta Isaías ve en una visión al Dios trino, el “Santo, Santo, Santo.” Este Dios trino es a la vez santo y misericordioso. En su santidad no puede permitir el pecado en su presencia, pero en su misericordia quita la culpa del pecador. Ya que hemos sido purificados por el Dios trino, qué le agradezcamos al proclamar sus buenas nuevas a todo el mundo.
1 El año de la muerte del rey Uzías, vi al Señor excelso y sublime, sentado en un trono; las orlas de su manto llenaban el templo. 2 Por encima de él había serafines, cada uno de los cuales tenía seis alas: con dos de ellas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies, y con dos volaban. 3 Y se decían el uno al otro:
«Santo, santo, santo es el SEÑOR Todopoderoso;
toda la tierra está llena de su gloria.»
4 Al sonido de sus voces, se estremecieron los umbrales de las puertas y el templo se llenó de humo. 5 Entonces grité: «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios blasfemos, ¡y no obstante mis ojos han visto al Rey, al SEÑOR Todopoderoso!»
6 En ese momento voló hacia mí uno de los serafines. Traía en la mano una brasa que, con unas tenazas, había tomado del altar. 7 Con ella me tocó los labios y me dijo:
«Mira, esto ha tocado tus labios;
tu maldad ha sido borrada,
y tu pecado, perdonado.»
8 Entonces oí la voz del Señor que decía:
—¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?
Y respondí:
—Aquí estoy. ¡Envíame a mí!
Salmo del Día - Salmo 150
1 ¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR!
Alaben a Dios en su santuario,
alábenlo en su poderoso firmamento.
2 Alábenlo por sus proezas,
alábenlo por su inmensa grandeza.
3 Alábenlo con sonido de trompeta,
alábenlo con el arpa y la lira.
4 Alábenlo con panderos y danzas,
alábenlo con cuerdas y flautas.
5 Alábenlo con címbalos sonoros,
alábenlo con címbalos resonantes.
6 ¡Que todo lo que respira alabe al SEÑOR!
¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR!
La Segunda Lectura - Romanos 8:14-17
Dios por medio de su Espíritu Santo nos llama a ser sus hijos queridos y como hijos queridos, podemos hablar con nuestro Padre celestial con confianza. Recibimos esta adopción por los méritos de Cristo. El Dios trino es nuestro Salvador.
14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. 15 Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!» 16 El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. 17 Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria.
El Evangelio - Juan 3:1-17
Dios el Padre en su amor infinito envió a su Hijo Jesucristo para morir por nosotros pobres pecadores. Por medio del evangelio en Palabra y Sacramento, el Espíritu Santo nos da la fe, haciéndonos nacer de nuevo. Al creer, la salvación que Cristo ganó por nosotros llega a ser nuestra. No hay duda, el Dios trino nos ha salvado de la condenación eterna.
1 Había entre los fariseos un dirigente de los judíos llamado Nicodemo. 2 Éste fue de noche a visitar a Jesús.
—Rabí—le dijo—, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios, porque nadie podría hacer las señales que tú haces si Dios no estuviera con él.
3 —De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios—dijo Jesús.
4 —¿Cómo puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo?—preguntó Nicodemo—. ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y volver a nacer?
5 —Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios—respondió Jesús—. 6 Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu. 7 No te sorprendas de que te haya dicho: “Tienen que nacer de nuevo.” 8 El viento sopla por donde quiere, y lo oyes silbar, aunque ignoras de dónde viene y a dónde va. Lo mismo pasa con todo el que nace del Espíritu.
9 Nicodemo replicó:
—¿Cómo es posible que esto suceda?
10 —Tú eres maestro de Israel, ¿y no entiendes estas cosas?—respondió Jesús—. 11 Te aseguro que hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto personalmente, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. 12 Si les he hablado de las cosas terrenales, y no creen, ¿entonces cómo van a creer si les hablo de las celestiales? 13 Nadie ha subido jamás al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre.
14 »Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre, 15 para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
16 »Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. 17 Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.
El Mensaje para Niños
El Himno del Día - Solo en Jesús
Sermón Bilingüe -o- Sermón en Español
La Confesión de la Fe - El Credo Apostólico
Declaramos las verdades de la fe que han unido a la iglesia durante miles de años.
Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.
Y creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra del Espíritu Santo, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, murió, y fue sepultado; descendió al infierno; al tercer día resucitó de entre los muertos, subió al cielo, y está sentado a la derecha, de Dios Padre Todopoderoso; y de allí vendrá de nuevo a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa iglesia cristiana, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección del cuerpo, y la vida eterna. Amén.
La Ofrenda
En agradecimiento por el mensaje de gracia y perdón de Dios, si desea apoyar nuestro ministerio con un regalo financiero, puede hacerlo sin cargo a través de nuestra página de Facebook o con un cargo pequeño a través de PayPal. Le agradecemos por su donación.
Tarjeta de Contacto en linea
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Oración General
Use este tiempo para orar a Dios por cualquier cosa que esté en su corazón y mente. Recuerde quién es Dios y cómo se describe a sí mismo en la Biblia. Concéntrese en su perspectiva eterna. Considere no solo su propia vida, sino también la vida de los demás. Finalmente, ore con confianza sabiendo que Dios lo escucha y ore en el nombre de su salvador, Jesucristo.
El Padrenuestro
Canta usando el enlace o reza la oración abajo que Jesús enseñó a sus discípulos.
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; venga a nos tu reino; hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy; y perdónanos nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el poder, y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.
La Bendición
Así como Dios le dijo a Aarón que bendijera a su pueblo de esta manera, le pedimos a Dios que nos bendiga a mientras seguimos con nuestras vidas.
L. El Señor nos bendiga y nos guarde;
El Señor haga resplandecer su rostro sobre nosotros y tenga misericordia de nosotros;
El Señor vuelva su rostro hacia nosotros, y ☩ nos conceda la paz.
C. Amén.